29/10/10

Hirst, Damien.

Damien Hirst

The phisycal impossibility of death in the mind of someone living. 1991. Damien Hirst.

The phisycal impossibility of death in the mind of someone living. 1991. Damien Hirst.


El artista británico Damian Hirst nace en Bristol en el año 1965. Estudió Arte y Diseño en la Universidad de Leeds, lugar al que se trasladó a vivir junto con su familia. Más tarde, estudió Bellas Artes en la Universidad de Londres.
Su trabajo resulta totalmente original por el impacto visual de sus obras, entre las que incluye obras de arte que contienen numerosos animales muertoscalaveras humanas.
Algunos de sus trabajos más sobresalientes son: The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living, del año 1991, obra con la que se dio a conocer; se trata de un enorme tiburón de unos cuatro metros; Mother and Child divided, de 1993; In and Out of Love, de 1991; Party-time, de 1995; y Por el amor de Dios, del año 2007, una calavera humana con diamantes.
Por el amor de dios. Damien Hirst.
For the love of God. 2007. Damien Hirst.
El discurso argumental en torno al cual gira la mayor parte de su obra artística es la propia vida y la reflexión sobre la muerte.

Tomado de: http://www.artespain.com/16-07-2008/arte-contemporaneo/biografia-de-damien-hirst



Blur- Country House-1995 (Dir. Damien Hirst)

Video dirigido por Hirst en el 95 para sus ex- compañeros Coxon y James(miembros de la banda) del  Goldsmith’s College. Notese el uso de craneos y cadaveres a lo largo del video.



Les dejo esta pequeña biografía, pues me pareció mas interesante las intensas discusiones que encontré  en el ámbito del arte contemporáneo en torno a su obra y el de como se vende, aquí les dejo algo del debate que existe, además me parece mas que prudente pues se suma a la discusión de La industria absorbiendo el arte.


Aquí los detractores:

The Mona Lisa Curse




Documental(hablado totalmente en ingles, ustedes disculparan que no encontré el material subtitulado, pero confío que mas de la mitad puedan verlo y comprenderlo sin problemas), que diatriba en contra de los iconos del arte como moda, del mercantilismo artístico, partiendo de la Monalisa hasta la obra del artista que mejor a vendido su obra,  Damien Hirst.


"La maldición de la Monalisa” en la BBC


21 Septiembre 2008
El crítico de arte australiano Robert Hughes, ha afirmado esta semana que los coleccionistas están “manipulando” el mercado del arte, sobrepujando en las subastas para multiplicar el valor de las obras de los artista que atesoran. Hughes, crítico del semanario “Time”, ha sido uno de los pocos que han denunciado abiertamente la subasta de esta semana de más de doscientas obras del artista británico Damien Hirst. La idea de que hay algo mágico en sus obras que hacen que valgan de entrada millones es sencillamente “ridícula”, afirma el crítico, según el cual lo que ocurre con Hirst es un fenómeno de “promoción y publicidad”.
Hughes denunció esas prácticas en un programa de televisión que se emitió el pasado sábado en la emisora británica “Channel 4″, bajo el título de “La Maldición de la Monalisa”. Su teoría es que el mercado del arte dio un giro fatídico en 1963, cuando se exhibió en Nueva York el más famoso retrato de Leonardo da Vinci como si fuera “una estrella de cine”. “El público no iba para mirarla sino para poder decir luego que la había visto”, explica Hughes. Así comenzó un proceso por el cual las obras de arte se convirtieron en celebridades. A partir de los años sesenta, los coleccionistas comenzaron a comprar obras de arte no porque les gustaran sino como inversiones rentables. El del arte es el mayor mercado no regulado del mundo. Las ventas de arte contemporáneo generan cerca de 20.000 millones de dólares al año.
El arte moderno es muy caro no porque sea especialmente bueno sino porque los inversores creen que puede generar rápidamente beneficios. “El mercado del arte pone demasiado énfasis en la novedad y en lo que está hoy de moda porque los compradores confían en que las obras nuevas van a ganar en valor a corto plazo”, explica. A diferencia de lo que ocurre con las empresas, el valor de una obra de arte no puede someterse a análisis objetivo, por lo que los artistas que como Hirst suscitan polémica o tienen olfato para la autopromoción pueden inflar fácilmente el precio de su producción gracias a un orquestado trabajo de relaciones públicas.
Para Hughes, todo eso tiene como primera consecuencia la conversión del arte en una mercancía más y hace además las obras realmente importantes totalmente inasequibles para los museos y las galerías públicas. “En lugar de que el arte sea propiedad común de la humanidad, como un libro, el arte se convierte en propiedad particular de alguien que puede permitírselo”, denuncia el crítico. “¿Cómo van a poder competir los museos con un multimillonario ruso que empezó a comprar arte hace tres minutos pero que tiene en el bolsillo el producto interior bruto de Georgia?”, se pregunta Hughes. “Imaginémonos el efecto catastrófico que tendría en la cultura el hecho de que cada libro interesante que sale costase un millón de dólares?”, agrega.
“Una de las cosas que sostiene el mercado del arte es la fe irracional en la continua subida de los precios”, comenta Hughes. Y agrega: “En el siglo XVII hubo un pintor italiano llamado Guido Reni, del que no había oído hablar mucha gente, sin embargo, a finales del XVIII, muchos expertos creían que los dos artistas más grandes de Italia eran Miguel Ángel y Reni, pero a mitad del siglo pasado se podía comprar un cuadro de tres metros de Reni por 300 libras (600 dólares). Los artistas se pasan de moda muy rápidamente”.



Tomado de: http://www.elguijarroblanco.es/2008/09/21/la-maldicion-de-la-monalisa-en-la-bbc/


Aquí los defensores:




Bob, querido, Damien Hirst es sólo uno de los muchos artistas que no comprendes
Por Germaine Greer

Lunes 22 de septiembre 2008
The Guardian


Ver cómo Robert Hughes deforma a Damien Hirst ha sido divertido, pero habría sido más divertido si Hughes hubiera sido capaz de asestar al menos un "guante" a su oponente. El crítico giraba violentamente, pero el artista siempre estuvo más allá de su alcance. Hughes dice estar asombrado de que la estatua de la Virgen Madre de Hirst de 10m de altura tenga un valor de 5 millones de libras y sin embargo esté hecha por alguien "con tan pocas habilidades". Lo que es conmovedor sobre la desesperación de Hughes es que él piensa que los artistas aún hacen las cosas. Hubo una época en la cual Hirst realmente hizo obras de arte con sus propias manos. Una crítica más contundente de sus instalaciones podría ser que la factura de la artesanía exigidos por Hirst no es realmente muy buena. Los estantes y armarios en Farmacia (1992) eran descuidados y mal ajustados, pero aún así se vendieron por £11m. La primera vez que vi a "Mother and Child Divided" (1993), con burbujas de gas adheridas a los cuerpos en descomposición de vacas y terneros, y le dí un buen vistazo a la estructura de sus vitrinas, se erizó mi piel. Tuve la visión momentánea de todo el conjunto explotando, y arrojando a los espectadores chorros de formaldehído, fragmentos de cristal y una tormenta de partes de la vaca expelidas hacia ellos.

Hirst es bastante franco sobre lo que no hace. No pinta sus triunfantemente vacías obras puntuales- las mejores pinturas de Damien Hirst son las pintadas por Rachel Howard. Su genio indiscutible consiste en lograr que la gente le compre. Damien Hirst es una marca, porque la forma de arte del siglo 21 es la comercialización. Para desarrollar una marca tan fuerte de algo tan notoriamente raído hay una razón enormemente creativa - incluso revolucionaria. La totalmente absurda mezcla es un Vanitas, un recordatorio de la inutilidad y la entropía. Hughes, todavía cree que el gran arte se puede garantizar que sobreviva a los estragos del tiempo, debido a su mérito intrínseco. Hirst sabe aún más. Los precios que su trabajo obtiene son las verificaciones de su argumento principal, no son el argumento. Nadie sabe mejor que Hirst que los consumidores de su trabajo son incapaces de llegar a ese punto. Su vaca muerta es un descendiente directo del becerro de oro. Hughes es lo suficientemente sensible para recoger la resonancia. "Uno bien podría estar en el Forest Lawn [el famoso cementerio de Los Angeles] contemplando un ser querido", le grita al becerro de Hirst, con las pezuñas de oro - subastado por $ 9.2 millones -, pero no se da cuenta es que Hirst ha puesto esa idea en la cabeza. En su lugar, afirma que no hay ninguna resonancia en la obra de Hirst. Estimado Bob, la subasta de Sotheby's fue realmente la obra.

He conocido a Hughes y me gustó toda mi vida adulta, pero también le he rechazado con bastante coherencia. Yo estaba presente cuando él fue el orador después en la cena de la Royal Academy hace cuatro años, cuando estaba tan desdeñoso de cualquier arte que no fuera dibujo, pintura o escultura, que sospechaba que ajustaba su discurso para adaptarse a lo que el tomaba como el conservadurismo de los académicos. No podía imaginar que había dado la espalda a todos los movimientos más importantes del arte del siglo XX o que aún estaba enamorado de la figura del gran maestro cuya sensibilidad es más fina, el sentimiento más noble, la mano más dirigida por Dios que la del resto de nosotros los mortales. No es de extrañar que Jake y Dinos Chapman pongan tanta energía en desfigurar Goya, pensé, y perplejos a casa.

Todo el mundo ama cuando Hughes se va a despotricar sobre el "schlock" de la nuevo, pero es demasiado fácilmente seducido a culpar a la gente equivocada. Una etiqueta de Hughes se hace rápidamente para adherirse a su víctima. Mientras que sólo a Julian Schnabel, con los recursos suficientes para sobrevivir, tanto a la sobre-valoración y a la sub-valoración, no le hace mucho daño hecho. El amor de Hughes por la obra de Lucian Freud es un tema aparte, basado en lo que parece ser en una percepción de afinidad espiritual. Él niega cualquier pretensión de superioridad moral, pero su condena del arte que se niega a entender es totalmente expresada en términos morales, lo que no deja otra alternativa que ver Hughes promoviéndose a sí mismo y sus favoritos como moralmente superiores. Lo que más le impresiona en la obra de Freud es, después de todo, su laboriosidad. Hughes no entiende mucho de arte - no comprende a Basquiat o Baselitz, por ejemplo. Lo que se presenta como la sensibilidad estética es, de hecho, el moralismo, de un tipo que siempre ha acosado artistas innovadores. Lo siento, Bob, pero eres un "stuckist" (opuesto al arte conceptual y favorecedor del figurativo), después de todo.


Tomado de: http://laboratoriodepensamiento.blogspot.com/2009/10/bob-querido-damien-hirst-es-solo-uno-de.html 


Copyright Guardian Newspapers Limited 2008

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